El último día en Bolivia…
Solamente ha sido diez días aquí en Tarija, pero yo he aprendido mucho en
poco tiempo. Yo quería aprender sobre la
cultura y la gente, y eso es lo que hice.
Pero todavía yo sé que hay mucho más a saber, y diez días no
bastan. Para saber todo, necesitaría
quedarme aquí por años—estar presente para el cumpleaños de Gloria, ir a la
escuela, asistir las celebraciones del día de independencia, vivir con los
indígenas… y nadie puede hacer todo esto.
Nadie puede saber todo, pero yo he tratado de saber algo en unos diez
días.
Bolivia es un país complejo. Se
encuentra la cultura indígena al lado de la cultura más comercial del Oeste. Se puede ver la riqueza y la pobreza, los cultos
y los analfabetos. Pero tal vez esta
dicotomía no es tan problemática como aparece.
Bolivia sabe que hay que superar estas diferencias. Ya tiene un presidente indígena—los Estados
Unidos acaban de elegir su primer presidente afroamericano, mucho menos un
indígena. En la realidad, existen cosas
que el resto del mundo puede aprender de Bolivia, aunque a veces pensamos que
Bolivia no es el país más importante.
Espero que Bolivia concilie las diferencias de opinión y origen—y región,
también, ¡porque siempre es difícil gobernar con dos capitales! Y por supuesto espero que eleven el nivel de
vida y que el nivel de analfabetismo baje.
Pero lo más importante, para mí, es la cultura. Ojalá que Bolivia nunca pierda su cultura y
las cosas pequeñas que hacen único el país.
He visto bastantes países dejar sus propias culturas para la de Europa y
los Estados Unidos. No se puede decir
que una cultura es la mejor, ni que una es la peor. Por eso, quiero que Bolivia siga siendo
Bolivia.
Estas son las temas que espero que ustedes hayan entendido también. Cada país tiene su belleza, sus éxitos, y sus
fracasos. Y solamente nos mejora cuando
nos abrimos a nuevas ideas.